Violeta

La mayoría de las veces se parte como si fuera un juego, como algo que puede terminar en cualquier momento o en el mejor de los casos, quedar solo como otro espejismo mas en mi impredecible historial seudo romántico. Pero pasa el tiempo y poco a poco se acumulan cosas que van dejando algo. Como cuando hablamos (yo mas) de televisión y vamos de un tema a otro como haciendo zaping, y nos detenemos en política (llegando a conclusiones que nos llenan de alivio, como que no tenemos amigos que se llamen ni Franco, ni Augusto ni Adolfo) y después conversamos (tu mas) de diseño (ya sé qué forma tienen las letras Agaramond, Courier y la Freeh.Caps-thing).Y pelamos(yo mas) a columnistas (como a Carlos Peña, el rector-gentleman y columnista estrella del mercurio, pero que le dicen "Peñita" en la fac. de derecho de la chile, ¿no?)y nos recomendamos bandas nuevas (tu a Black Kids, y yo a Vampire Weekend, entre muchas otras) y nos contamos cosas de nuestras familias (la tuya cosmopolita y liberal, la mia, chilena y eh...católica).
Las películas, los podcast, los picnics y tu paciencia infinita para dejar que me pase 24/7 pensando puras tonteras.
Me gusta sentir que cada vez se vuelve mas necesario juntarse para reírnos de las mismas idioteces, a entender nuestras contradicciones y armar y desarmar el futuro. O a darnos abrazos en momentos de mierda, justo cuando mas se necesitan. Eso no es poco. Despues de un tiempo las cosas dejan de ser un juego simple y se vuelve un juego medio complejo, medio épico, asi como importante.
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